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Arquitectos: Estúdio MRGB
- Área: 210 m²
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Fotografías:Joana França
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Proveedores: Acervo Mobília, AutoDesk, Concrefit, Dalle Piagge, Deca, Marmoraria Alvorada, Trimble, Vidromex
"[...] una casa de hormigón y vidrio en el bosque".
Primera premisa expresada por los propietarios, esta suposición fundamentaba todas las decisiones de diseño en Blendahaus, ubicada en los alrededores de la ciudad de Brasília. Asimismo, guió el diseño en un terreno difícil, con 9 metros de desnivel, rodeado de una reserva ecológica de vegetación nativa - un pabellón suspendido de 28 metros de largo.
La casa es prácticamente imperceptible. Debido a la accidentada geografía del lugar ya la disposición de pabellón adoptada, la cubierta se convierte en una plaza que avanza sobre el bosque y, al mismo tiempo, es lo piso que ofrece diferentes ocupaciones y el disfrute del ambiente bucólico del lugar. El único elemento perceptible desde la calle es una simple marquise que protege las escaleras de acceso y el tanque de agua, señalando el acceso a la vivienda situada a una cota inferior a -3,50 metros. La intención era que la obra, una vez finalizada, se integrara perfectamente en el paisaje, como si formara parte de él.
Dispuestos secuencialmente en una orientación este-oeste, es decir, desde la calle hacia el bosque, los espacios que componen la residencia son a veces más abiertos, a veces más protegidos. Ubicadas junto a la cortina de contención, la oficina y la lavandería se disponen como un núcleo programático con mayor grado de privacidad. Cocina y salón se ubican en la parcela central, gozando de una integración sin restricciones entre sí y con el entorno. Finalmente, las zonas íntimas, en voladizo, se insertan junto al cuerpo de los árboles en absoluta simbiosis con la floresta. Cuidadosamente calibrados, estos espacios atesoran la comunión entre luz y sombra, entre compartir y proteger, entre lo natural y lo construido.
Imaginada como una expresión plástica de la arquitectura, la estructura está formada por un par de vigas de hormigón de un metro cuarenta de altura cada una, sustentadas sobre sólo cuatro pilares. Con la disposición de los planos superior e inferior de losa maciza, se utilizan dos juegos de vigas transversales que sirven como lucernarios para la iluminación cenital de los baños y bancas para la terraza. En este tenue equilibrio se articulan dos pares de cabos metálicos: la primera, entre los dos ejes de columnas y, la segunda, sobre el voladizo de 7,50 metros en el extremo opuesto a la calle, restringiendo al máximo el contacto con el suelo y suspendiendo el conjunto a nivel de la reserva.
La fuerza que buscamos proviene de la simplicidad del diseño. El hormigón y el vidrio fueron, por tanto, materia prima para cobijar el día a día de esta familia rodeada por las copas de los árboles